Sucedió a principios de siglo XX: al menos un millón de personas se contagió de encefalitis letárgica, una extraña enfermedad que sumía a sus víctimas en estado catatónico. En menos de diez años la enfermedad desapareció pero sus secuelas duraron décadas. Mucho tiempo después, un doctor logró un milagro: despertar a muchos de ellos.