Es una emprendedora nata y gracias a un
crédito de Capital Semilla logró realizar una colección completa de lencería,
prendas para toda mujer, incluso para aquellas mujeres a las que les han sacado
un pecho y les cuesta conseguir un corpiño en el comercio local. La
protagonista es Elizabeth Castro, una hermosa sanjuanina que además de diseñar
también modela sus prendas.
Los conjuntos de ropa interior están hechos con
encajes de colores y puntillas de primera calidad. Todas sus prendas se
caracterizan por la delicadeza, la sensualidad y lo bien pensadas que están
para las figuras de las mujeres.
La colección que lanzó vino acompañada de una
nueva faceta. Eli decidió ser la imagen de su marca. "Yo quería que la modelo sea alguien como todas. Mientras buscaba mi novio me dijo que fuera
yo y después de pensarlo lo hice”, explicó.
Fue así como esta talentosa diseñadora se
lanzó al modelaje. Las fotos las hizo Dario Quiroga y las imágenes fueron un
gancho que la llevaron a vender más.
Elizabeth vendía corpiños a mujeres que habían
pasado por una mastectomía, pero no pudo
seguir con su emprendimiento porque las telas hipoalergénicas con los que hacía
las prendas no se consiguieron más.
"Empecé a estudiar Diseño de Indumentaria en
Buenos Aires, Gladys Quevedo fue mi profesora y quien me hizo enamorarme de la
lencería y corsetería. De ser una compradora compulsiva de lencería pasé a ser
la diseñadora”, contó la emprendedora, que arrancó a coser cambiando un juego
de cubiertos por una máquina de coser.
La colección está compuesta por prendas de
edición limitada, son productos que nos tienen más de tres personas. "Son
conjuntos sensuales pero muy delicados. Queremos que cuando alguien se ponga
una prenda de Circe se sienta cómoda y linda. Hay gusto para todos, para
aquellas que se animan a las transparencias, a las que les gusta el algodón”,
añadió Elizabeth.
Una de las cualidades de Circe es que quienes
lo deseen pueden comprar un conjunto hecho especialmente, con las medidas de
las compradoras. La espalda chica y el busto grande suele ser el principal
inconveniente a la hora de conseguir ropa interior, pero para Eli no representa
un obstáculo sino que es una oportunidad para crear algo para cada mujer.
Las metas de la diseñadora son muy ambiciosas.
"Sueño que Circe se venda en los shoppings, me veo con franquicias y revisando
las vidrieras”, concluyó.