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Apertura eclesiástica

En un mes ya hay 7 pedidos a la Iglesia local para nulidad de matrimonio

Desde mediados de abril funciona en la Arquidiosésis de San Juan un Tribunal especial para atender estos casos, que antes se tramitaban en Mendoza. Buscan darle rapidez al proceso. Cómo hacer.

Por Redacción Tiempo de San Juan


El proceso de nulidad del matrimonio en la Iglesia existe desde siempre, la diferencia es que ahora, por pedido expreso del Papa Francisco, se acelerarán los trámites, para lo cual en San Juan se conformó el 18 de abril último el Tribunal Arquidiocesano de San  Juan de Cuyo, que se ocupará específicamente de atender los casos locales, cuando antes se hacían vía Mendoza. Se espera que el proceso dure alrededor de un año, mientras que antes demoraban en resolverse  4 años en promedio y hay registros de hasta 13 años. En lo que va de la creación del Tribunal local, ya se han tramitado 7 pedidos de nulidad a las que se suman 17 de sanjuaninos que se enviaron desde Mendoza para seguir en San Juan el proceso. Y en este poco más de un mes que está el cuerpo especializado ya ha recibido alrededor de medio centenar de consultas. El efecto práctico de la anulación es que, de obtenerla, la persona podrá casarse nuevamente por Iglesia. No tiene ningún efecto civil en la persona ni tiene que ver con el divorcio legal. 
 
Quien dio los detalles a Tiempo de San Juan es el padre David Gómez, quien encabeza el Tribunal en rol de vicario judicial. Está conformado además por la abogada Paula Berlincourt, en rol de canciller; los sacerdotes Daniel Navarro Correa, Daniel Ríos y Marcelo Parma, en rol de jueces; los sacerdotes Alejandro Gallardo y Daniel Ruarte, en rol de notarios; y 4 abogados con especialización en Derecho Canónico. Todos en carácter permanente fueron puestos en funciones por el obispo Alfonso Delgado el 18 de abril mientras que el cuerpo fue creado el 19 de marzo, marcando San Juan un precedente nacional porque son menos de 10 las provincias que han avanzado este sentido, según las fuentes.
 
El padre Gómez, junto con Berlincourt explicaron cómo es el proceso que se lleva adelante en el pedido de nulidad de matrimonio. Si bien la meta es acortar los tiempos de resolución, el vicario aclaró que "acá no hay nulidad exprés, es un proceso complejo que debe ser fundamentado y probado y se maneja con absoluta confidencialidad y secreto”. También dijo que ven las consultas y los pedidos "crecientes” como algo positivo "porque la Iglesia da más posibilidades”, pero apuntó que "no queremos un tribunal divorcista”.
 
El Tribunal Arquidiocesano de San Juan de Cuyo se ocupa de ejercer en nombre del Arzobispo la función judicial para entender en el proceso para la declaración de la nulidad matrimonial.
Según explicaron, para los bautizados el matrimonio es un sacramento y por lo tanto el vínculo entre los esposos es indisoluble, es decir que ha sido sellado por Dios para siempre y nadie lo puede resolver. Pero a veces se puede demostrar que el sacramento no existió, que es nulo, aunque se haya hecho toda la ceremonia, porque en el matrimonio hubo un defecto grave. Tan grande, que la unión matrimonial ante Dios no se ha producido, como si nunca se hubiesen casado por Iglesia.
 
La nulidad debe demostrarse porque en la Iglesia todo matrimonio se presume válido mientras no se demuestre lo contrario. Por eso hay tribunales en la Iglesia que trabajan bajo las normas del Derecho Canónico.
Este proceso de nulidad de matrimonio canónico es totalmente diferente e independiente del divorcio. El divorcio se interpone ante los juzgados civiles y la nulidad del matrimonio canónico se hace ante los tribunales eclesiásticos, los cuales son colegiados, como el que se acaba de crear en San Juan. Para pedir el divorcio no hace falta alegar causales, pero para la nulidad del matrimonio católico sí, y muy concisas. No obstante, en el proceso de anulación se puede presentar el divorcio como uno de los elementos a considerar. 
 
Cuando la Iglesia declara la nulidad del matrimonio católico quiere decir que la convivencia conyugal durante ese matrimonio fue moral y lícita, que los hijos que se tuvieron son legítimos para la Iglesia, permanece la obligación de los padres de alimentar y educar a sus hijos y que se originan todas las obligaciones civiles derivadas del matrimonio como son la sociedad conyugal y su régimen económico matrimonial, entre otros.
 
 
Cómo hacer para pedir la nulidad

-El primer paso es que el interesado o la interesada consulte con su párroco correspondiente. La idea es que el sacerdote más cercano a esa persona sea el que derive al caso al Tribunal. Sí o sí la primera consulta debe hacerse al párroco,  quien discernirá si corresponde elevarlo al Tribunal, con "parámetros objetivos”, dijo el vicario. "Es para evitar falsas expectativas y gastos innecesarios, y le indicará los pasos a seguir”, agregó. El proceso lo puede disparar una sola parte del matrimonio, pero se pedirá que el otro participe, para lo cual habrá una notificación formal del proceso,  aunque se puede seguir adelante si esa persona no es ubicable.

-Si se ve factible el proceso, el párroco lo derivará al Tribunal, donde se le indicarán los abogados que pueden patrocinarlo. Se trata de profesionales autorizados por el obispo para intervenir en estas causas.
 
-Dependiendo de las complejidades de cada caso, de la participación de las partes, del cumplimiento de las notificaciones y diferentes etapas del proceso, se estima que el proceso demorará un año. El proceso tiene etapas clave como la admisión del caso, la instrucción, la fase de pruebas con instancias documentales, testimoniales y periciales, y la sentencia. No tiene implicancia la cantidad de tiempo que se lleva de casados ni si tienen hijos o no.
 
-Las causas para pedir la nulidad son un tema complejo y de múltiple naturaleza. En la Iglesia las abordan en general en tres grupos: impedimentos para llevar el matrimonio, vicios de consentimiento y defectos de forma. Los ejemplos más comunes son: 
Si uno de los cónyuges se ha casado por la Iglesia teniendo todavía otro vínculo matrimonial vigente; si se da impotencia para el acto conyugal tanto por parte del hombre como de la mujer; si alguno de los contrayentes carecía de suficiente uso de razón; si teniendo suficiente uso de razón, carecía de la necesaria discreción de juicio; si teniendo suficiente discreción de juicio para entender las obligaciones esenciales del matrimonio y aún queriéndolas cumplir, es incapaz de cumplirlas por una causa de naturaleza psíquica; por simular casarse y en realidad no hacerlo porque excluyó voluntariamente quedar verdaderamente casado, o excluyó conciente y voluntariamente algún elemento o propiedad esencial del matrimonio como la fidelidad o la procreación o la indisolubilidad del matrimonio; si uno de los cónyuges se casó engañado por el otro por una cualidad que no tiene y que perturba gravemente el matrimonio; o si alguien se casó por miedo, coacción o sin libertad suficiente.

-La sentencia puede ser favorable o desfavorable, es decir que no siempre una nulidad que atiende el Tribunal se concreta, aunque ocurre en el 90% de los casos en forma positiva, dijo el padre Gómez. Agregó que "no es un proceso para caprichos. No importa el estatus social ni el bolsillo".
  
-El Papa Francisco pidió que arbitren los medios para garantizar la gratuidad del proceso, dejando a salvo la justa retribución de los profesionales. Por eso no se cobran tasas de justicia, pero  las partes deben afrontar los honorarios de los abogados y peritos que intervengan a los que se les fija un tope máximo que pueden percibir. Al finalizar el proceso se pedirá a las partes una colaboración voluntaria para el sostenimiento del tribunal.
 
-Las consultas o inquietudes pueden dirigirse a través del correo electrónico: [email protected] . O en la sede del tribunal los lunes, miércoles de 16 horas a 20 horas y viernes de 8:30 horas a 12:30 horas. También llamando al (0264) 4222578 – Interno 102.

Apuntan a la formación

Para ejercer las obligaciones de este tribunal, la Iglesia apunta a que haya cada vez más profesionales capacitados, como abogados y psicólogos especializados. Hay cursos que se hacen en Buenos Aires y Mendoza y en San Juan se dicta en la Universidad Católica de Cuyo la diplomatura en Familia, Matrimonio y Nulidad, especialmente para este fin, con duración de un año, en la cual todavía están abiertas las inscripciones para este año. 

 


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