Por Jorge Balmaceda Bucci
Deliciosamente agitado y cargado de cultura. Bajo estos parámetros se puede enlatar el primer año de Sala Z, la jovial ventana que pregona hidalgamente una esencia que bajo la voz de Antonio De Tommaso –su mentor- suena así: "una casa para el público sin lugar, para los artistas sin espacio”.
De los 365 días que han transcurrido desde aquel 23 de mayo de 2014, punto de partida de la aventura con la presentación de ‘Los Modernos’, 310 (84 %) proyectaron variopintas actividades: cine, conciertos, cursos, conferencias, representaciones teatrales, etc. Las cifras pintan de cuerpo entero el continuo movimiento que experimentó la sala, que está compuesta por un escenario secundado de moderna iluminación y sonido y un patio de 250 butacas estratégicamente ubicadas para asegurar una excelente visión desde cualquier posición.
"Este primer año se puede definir como inesperadamente exitoso. Cuando empezamos el pensamiento era que se trataba de casi una aventura audaz, una locura y sueño personal, pero en el camino apareció una utilidad social inesperada”, comentó De Tommaso antes de apuntar bajo una mirada matemáticamente condimentada que "si se suma las actividades de la Sala Z, con las del Patio de las Artes y las de la ‘Salita’ –espacio para representaciones intimistas-, se puede hablar un interesante polo cultural en este rincón de San Juan”.
Una buena parte de la culpa del gran año de Sala Z la tiene su condición de "espacio sin burocracia. Aquí vienen los artistas, los grupos, los productores o el organizador del evento de turno y si la fecha que quiere está disponible lo usa. No tienen que presentar ninguna nota, ni esperar el ok de equis repartición. No hay vueltas”.
Números del primer añito
+ de 90 Funciones de cine.
+ de 80 Representaciones teatrales.
+ de 30 Conferencias y cursos.
+ de 50 Conciertos.
+ de 40 Actividades de danza.
FRASE
"Este primer año se puede definir como inesperadamente exitoso. Cuando empezamos el pensamiento era que se trataba de casi una aventura audaz, una locura y sueño personal, pero en el camino apareció una utilidad social inesperada”.