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Cada vez más sanjuaninos son tratados por ataques de ira

Son pacientes que reaccionan con violencia ante el primer entredicho o problema en la vía pública. La gente busca terapias rápidas que vayan directamente al grano. Por Natalia Caballero.

Por Redacción Tiempo de San Juan
Por Natalia Caballero

Saltan como leche hervida ante cualquier entredicho, maltratan a sus compañeros de trabajo  y hasta a los conductores de vehículos que van al lado. A estas salidas desenfrenadas de bronca, se les suma una gran angustia diaria. Estos son los síntomas de los ataques de ira que llevan a los sanjuaninos cada vez con mayor frecuencia al diván, según coincidieron psicólogos consultados. 

El estrés, tener varios trabajos a la vez o quedar desempleado, llevar una rutina agitada sin chances de bajar un cambio son las causas principales que conducen a las personas a ser víctimas de una ataque de ira que pueden terminar con relaciones interpersonales como la amistad y la pareja. La luz de alerta se prende cuando empiezan a aflorar las malas contestaciones de manera frecuente y la persona reconoce que "nunca antes había sido tan irascible”. Esta alarma es la que lleva a tocar las primeras puertas para solicitar ayuda.

Antes de cada 100 pacientes que iban al consultorio, había menos de 5 casos de ataques de ira mientras que ahora por lo menos son 15. El número de casos se triplicó en los divanes locales según reflejan las estadísticas que manejan los profesionales en el ámbito local. La gente consulta en general porque la familia ya no da más, en otros casos porque las Justicia los manda a ser tratados tras cometer una infracción y en una menor proporción, por decisión propia. 

"Es cada vez más común que la gente pida ayuda cuando empieza a perderlos estribos. Es posible superar estos arranques con asistencia profesional. Los tratamientos andan bien y los cambios comienzan a apreciarse pronto”, señaló Ariel Moya, uno de los profesionales consultados (MP 727).

La rapidez en el tratamiento es uno de los puntos más importantes para el paciente. Ahora quienes consultan a un psicólogo quieren terapias cortas, que les permitan que la conducta que los afecta cese. "Ahora la gente viene en busca de terapias más cortas, no buscan encontrar el origen del problema sino que cese”, informó Aida García (MP 012). 

Las explosiones de pueden manifestarse gritando, insultando, arrojando objetos, golpeando cosas, e incluso, agrediendo físicamente a las personas implicadas. Aunque las personas pueden enfurecerse contra objetos inanimados, situaciones frustrantes, o personas anónimas o con las que se tiene una relación casual, lo más frecuente es que se enfurezcan con las personas más cercanas. 

Nada tiene que ver el enfado con una explosión de ira. El enfado aparece cuando la persona se siente provocada por algo que percibe como una ofensa humillante para sí, los suyos, o terceras personas. No obstante, aquellas personas que frecuentemente se enojan podría ser vulnerables a tener explosiones de ira.

Para controlar la ira, se debe reorganizar la forma de pensar, aprender a hacerlo de forma positiva y abandonando los pensamientos negativos ante los momentos incómodos o de incomprensión.  Para que cualquier terapia funcione hay que recurrir a una mezcla de posibles solucione y lo primero que debe ocurrir es que la persona reconozca que tiene un problema, que quiera cambiarlo y estar dispuesto a hacerlo. Sólo así, el paciente podrá lograr aceptar los hechos conforme a su justa dimensión, con razonamientos lógicos y sensatos, utilizando técnicas y herramientas que poco a poco irá adquiriendo en la terapia.

Igualmente,  se necesita ejercitar el control emocional, a través de técnicas relajantes como la meditación, la práctica de yoga, el intercambio de abrazos o hacer ejercicio y deportes de contacto, con el fin de canalizar la ira hacia un costal o a cualquier objeto inanimado o a algún compañero debidamente entrenado.
 
En San Juan quienes arrancan con la terapia, la suelen complementar con estas disciplinas como yoga o meditación. Surten efecto rápidamente y permiten que los pacientes encuentren más tranquilidad. 
 
Aunque la Provincia no es una metrópoli, lugares más propensos a generar pacientes con ataques de ira, poco a poco va sumando más personas afectadas por esta patología. 

Síntomas de los ataques de ira
-Irritación fácil, intensa y desmedida ante errores "triviales" de los otros. 
-Frecuente pérdida del control conduciendo autos. 
-Incredibilidad al altruismo. 
-Insomnio por rabias o frustraciones.
-Dificultades crónicas en la relación con los hijos. 
-Tensión y competencia intramarital.

 


"Ahora la gente viene en busca de terapias más cortas, no buscan encontrar el origen del problema sino que cese”, Aida García, psicóloga (MP 012). 
 "Es cada vez más común que la gente pida ayuda cuando empieza a perderlos estribos. Es posible superar estos arranques con asistencia profesional. Los tratamientos andan bien y los cambios comienzan a apreciarse pronto”, Ariel Moya, psicólogo (MP 727). 

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