Ha sido legisladora porteña, diputada nacional, vicejefa de Gobierno y ahora es vicepresidenta de la Nación. Amada y criticada, Gabriela Michetti es un caso de superación personal. Todos esos cargos los ha ocupado a pesar de depender de su silla de ruedas para desplazarse. Por eso, se confesó hoy en el ciclo radial que Cristina Pérez conduce por Radio Mitre: "Lo primero que pensé fue que sería difícil estar en pareja".
Todo sucedió en noviembre de 1994 cuando Gabriela viajaba junto a su por entonces marido hacia Laprida, provincia de Buenos Aires, pero en un camino de ripio el auto volcó. En el hospital de su pueblo natal la operó su propio padre, quien es médico cirujano, pero no pudo evitar que quedara parapléjica. El shock fue tan fuerte que el padre empatizó con la hija: el primer mes tampoco sintió sus piernas.
"Le dije a Eduardo que lo entendía si quería separarse, pero al final estuvimos once años más juntos", recordó la vicepresidenta en Confesiones. Su discapacidad, sin embargo, no le imposibilitó conocer a su actual pareja: "Pensé que sería difícil tener otra pareja, pero tengo hoy una relación lindísima con Juan".
Mientras tanto, comenzó a rehabilitarse para atenuar las consecuencias de la rotura de su médula. Es que más que un objetivo tenía un deseo:"Mi expectativa era poder bañar yo misma a mi hijo". Luego, también pudo ganar independencia para ser autosuficiente en el trabajo.
De esta manera, la vicepresidenta, envuelta en una polémica por el robo de US$ 50.000 y $ 245.000 de su casa cuando festejaba el mismo 22 de noviembre su triunfo en el ballottage, mostró un lado que había dejado a un costado desde que se sumó a la política. "La verdadera discapacidad es no poder ser feliz. Y yo soy feliz".
(Fuente: Big Bang News)