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Historia

La madre coraje que conmovió a todo Zonda

Mariela Ibaceta perdió a su esposo hace 5 años en un accidente de tránsito y casi a uno de sus hijos, que como resultado de los golpes quedó parapléjico. Su batalla contra el dolor.

Por Redacción Tiempo de San Juan
Por Natalia Caballero

"Te amo, nunca lo olvides”. Esas fueron las últimas palabras que José Castro le dijo a Mariela Ibaceta el día que falleció en un accidente de tránsito, que no sólo tuvo esa terrible consecuencia para la familia sino que también dejó parapléjico a su hijo de David, uno de los cuatro que tuvo la pareja. Luego del accidente esta mujer tuvo que afrontar el dolor por la muerte de su marido, el coma de su hijo y hasta la manutención del hogar, que se quedó sin el sostén económico. 

La historia de amor de Mariela y José, "Pepe” para los conocidos, comenzó en Zonda. "Yo nací acá –en Zonda- y mi marido era de 25 de Mayo. Su familia se mudó para el departamento y lo conocí en la parroquia Sagrada Familia, los dos íbamos a un grupo. Primero fuimos amigos y después nos enamoramos”, contó la mujer. 

Se casaron bien jóvenes y se fueron a San Luis a probar suerte. Les fue bien, Pepe empezó a trabajar en una editorial. Allá nació Noelia, su primera hija. Pero la muerte del padre de Mariela fue lo que trajo a esta familia de vuelta a Zonda. "No quería dejar a mi madre sola y decidimos volver”, añadió. 

Pepe y Mariela terminaron formando una familia numerosa, integrada por Noelia (18), Gabriel (16), David (14) y Melina (12). Siempre andaban en patota, todos juntos. 

De vuelta en el departamento, José trabajó en un hotel hasta que pudo independizarse y poner un negocio de ramos generales. 

Mariela habla de su marido y se emociona. Aunque casi han pasado cinco años de aquella tragedia familiar, no puede evitar emocionarse al contar su historia de amor, que para ella fue novelesca y hermosa, tan hermosa que a veces le daba miedo. "Era todo tan perfecto, con discusiones como en cualquier familia, pero nos llevábamos tan bien, nos complementábamos. Veía otras parejas que vivían peleando y entre nosotros había tanto amor puro que me asustaba”, dijo con los ojos brillantes pero sin derramar una lágrima. 

Para todas las fechas importantes el matrimonio siempre iba junto para comprar los regalos para la familia. Es por eso que ese 20 de agosto todo fue raro. Pepe decidió no acompañar a su esposa para comprar los regalitos para el Día del Niño. "En la noche unos primos le pidieron que los guie hasta algún lugar para pescar y se quedó por eso. A mí me pareció raro, siempre íbamos juntos a comprar los regalos de la familia para Navidad, Reyes, el Día del Niño. Incluso medio que me enojé, por eso cuando se despidió de mí me dijo: -Te amo, nunca lo olvides. Quería ablandarme”, recordó. 

Mariela relata como si el accidente hubiera sucedido ayer. No hay detalle que haya olvidado. Todo está en su memoria, intacto. "Nunca se me pasó por la cabeza que hubiera fallecido. Después de mil vueltas me dijeron que mi esposo había muerto. Cuando escuché esas palabras, sentí que me moría. Si mi hija no hubiera venido conmigo, me tiraba por el auto. Ahí me dijeron que mi hijo estaba en el hospital”, agregó. 

El Rawson era un mundo de gente. Llegó justo cuando David estaba por ingresar al hospital. Habló con él un rato. Recién volvió a hablar con él mucho después, cuando salió de un coma profundo al que fue inducido luego de una operación de pulmón. "Recién cuando salió del coma nos dieron la peor noticia: su paraplejía”, dijo Mariela.   

87 días en el hospital Rawson, 8 días de coma fueron los que tuvo que atravesar esta familia zondina. Mariela no volvía su casa, se quedó todo ese tiempo en el nosocomio, acompañando a su hijo, evitando pensar que podía sufrir otra pérdida. La sola idea de tener que tolerar otra muerte la destruía emocionalmente. 

La historia no terminó con la salida de David del hospital. "Ahí empezó otro capítulo en nuestras vidas. Mi hijo tuvo que empezar con una serie de rehabilitaciones. Cuando llegó a la casa después de hospital estaba en una silla de ruedas que lo sostenía del cuello para abajo. Fuimos 3 meses al Fleni de Buenos Aires y ahí aprendió a sostenerse, a usar la fuerza de sus brazos para poder movilizarse y ser más independiente. Lo logró, como las metas que se pone mi hijo”, contó. 

Cuando terminó todo el proceso, su familia estaba casi en la ruina económica. La comunidad puso su granito de arena, sus hermanos y sus familiares políticos también. Ese empuje, apoyo y contención le permitió acompañar a su hijo David en todo el proceso de recuperación. 

Todas las deudas que tenía en el negocio las pagó entregando la maquinaria de la carnicería que tenía su esposo. No hubo seguros, ni pensión por el fallecimiento de Pepe. Y aún está en la lucha para que David consiga su pensión. El sustento familiar lo obtienen gracias al negocio que tenía su esposo y que reeditaron en el hogar para evitar traslados. 

El mayor sueño de Mariela es que su hijo David pueda disfrutar de una mejor calidad. El último avance fue en diciembre pasado, cuando lo operaron en el hospital Italiano. Fue una cirugía muy compleja, que le permitió fijar la columna. 

La casa de Mariela, ubicada en una esquina del barrio Serranías, es conocida por todos los vecinos. La comunidad nunca le soltó la mano. Incluso la ex Reina del Sol, Giselle Fernández, organizó bingos y hasta polladas para recaudar fondos para que puedan costear los gastos de los tratamientos que requiere David. 
Los hijos de esta madre coraje son su sostén. Ellos son su fuente de inspiración y permiten que pueda verle la mejor cara de su historia de amor con Pepe, ese hombre con el que construyó un sueño, una vida, un amor de esos eternos, que nunca se olvidan. 

El padre héroe

El accidente se produjo en calle Las Moras cuando José Castro y su hijo David venían de indicarles a unos familiares un buen lugar para pescar. Fue en esa arteria cuando una camioneta los chocó de frente. Según dijeron los peritos, José empujó a su hijo en los pocos segundos que tuvo para que recibiera el menor impacto posible. Aseguran que ese movimiento le salvó la vida a David. 

Hoy en el punto exacto donde se produjo el deceso los vecinos construyeron una grutita.   
 
 


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Captura -exclusiva- que forma parte de la pericia, del momento en que se produce la tragedia. 

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