Héctor Daniel Martínez, de 45 años, murió de reflejo vagal, también denominado síncope vasovagal. Lo confirmó un médico legista y así puso fin a las especulaciones que se barajaban en torno a un posible asesinato.
El caso, que conmociona a la vecindad del barrio Camilo Rojo, trascendió las fronteras de Santa Lucía por el hermetismo de las autoridades en un principio, la presencia de la policía científica, y el hecho de que los vecinos se enteraron que al preceptor de la Escuela EPET Nº4 lo habían hallado muerto en su habitación.
Una alta fuente oficial confirmó a Tiempo de San Juan que fue la esposa del hombre quien lo encontró sin vida en su lecho matrimonial, cuando junto con un policía forzaron la puerta de la habitación, que había sido cerrada con llave desde dentro.
La mujer requirió la asistencia policial cuando su pareja no volvió a buscarla a la peluquería, no contestaba el teléfono y al llegar a la casa, no estaba a la vista y la habitación del dormitorio estaba cerrada con llave.
Como ya se dijo, el médico legista quien le practicó la autopsia a Martínez informó que el hombre murió por reflejo vagal, una causa que remite a los sanjuaninos inmediatamente al caso de Marcela Salas, la joven que falleció en circunstancias en que compartía una habitación en un hotel alojamiento con su novio, Santiago Mazzei, hace 20 años,