Darío Torres tenía 16 años cuando fue asesinado por otro adolescente de similar edad el pasado 7 de junio. El menor había asistido a una fiesta privada organizada por sus pares a través de Facebook. No era la primera que hacían y, según la policía, en la vivienda de Rivadavia donde se realizó la fiesta, eran los mismos menores quienes vendían alcohol.
Al salir del lugar el chico fue apuñalado por otro adolescente de 15 años en una gresca y murió horas más tarde en el hospital.
Exactamente un año antes a la muerte de Darío, más precisamente el 29 de junio de 2014, una menor de 15 años era orinada, escupida y pateada mientras estaba inconsciente producto de una intoxicación con alcohol.
La aberrante escena ocurrió en una fiesta privada en una casa de Santa Lucía, que era convocada a través de las redes sociales. Fueron esas redes las que, una vez perpetrada la vejación, sirvieron para que otros menores humillaran a la adolescente. Las fotos de la joven circularon por Whats App y en todos los perfiles de Facebook de sus pares, que se jactaban y enorgullecían de lo que habían hecho.