Si bien el curry es
muy conocido y muchos lo han saboreado en alguna comida, sólo recientemente se
halló la evidencia de que dos de sus componentes esenciales, la cúrcuma y el
jengibre, ya existían como ingredientes utilizados por la civilización Indus, entre
el 2500 y 2200 antes de Cristo.
La cúrcuma o
turmérica se utiliza en la India desde hace miles de años. Se obtiene del
rizoma de una planta llamada Curcuma longa y tiene un característico color
amarillo intenso. Es uno de los principales componentes del curry, ese
"polvo" color mostaza, que, junto con otros ingredientes, convierte
al arroz blanco en una deliciosa paella. Pertenece a la familia del jengibre y
el cardamomo y es conocida también como azafrán de la India. Su utilización
documentada en Asia se remonta a más de 2500 años. Particularmente en la India
se la considera una sustancia muy beneficiosa y especial, por eso forma parte
de diversas ceremonias religiosas y medicina. Es interesante remarcar que la
rama ayurvédica utiliza la cúrcuma desde hace miles de años por sus propiedades
saludables.
"El rizoma se
utiliza fresco o se cocina, se seca y se muele. Tiene una textura terrosa, su
sabor es ligeramente amargo y picante y posee un aroma y un tono similar al de
la mostaza. La cúrcuma es, en realidad, una mezcla de tres ingredientes: 77% curcumina,
17% demethoxicurcumina y 3% bisdemethoxicurcumina. La planta también contiene
aceites volátiles como la turmerona y el zingibereno", explicó la Dra.
Mónica Katz, médica especialista en nutrición, directora de cursos de posgrado
de Nutrición en la Universidad Favaloro.
Se calcula que la
ingesta dietaria de curcuminoides en algunos países alcanza los 2.5-8 g/día. La
dosis habitual recomendada como suplemento dietario es de 3mg/kg/ día. Como
colorante alimentario está catalogado en el Código Alimentario de la Unión
Europea (E 100i la Curcumina y E 100ii la Cúrcuma).
Beneficios
saludables
La cúrcuma ayuda a
prevenir el cáncer, actúa como un poderoso antioxidante y se valora por sus
beneficios como antiinflamatorio y analgésico. Por esa razón su uso está
recomendado en pacientes con artritis reumatoidea.
Desde hace décadas
se ha observado que la glucemia disminuye gracias al consumo de la cúrcuma. Por
eso, puede contribuir a un mejor tratamiento en pacientes diabéticos que deben
controlar sus niveles de glucemia.
"También
disminuye el colesterol total, aumenta el HDL y los triglicéridos.
Paradójicamente, a bajas dosis (500mg), reduce un 17% los valores lipídicos,
mientras que a altas dosis (6,000mg) solo un 5%, según señalan estudios
científicos", dijo Katz.
Posee además efectos
saludables sobre la salud cardiovascular. La suplementación con 150 milgrámos
de cúrcuma se asocia al incremento del flujo sanguíneo y la vasodilatación, lo
que podría compararse con el efecto de la práctica de ejercicio físico frecuente
y regular.
Una herramienta
segura y eficaz
Se sabe que uno de
los principales desafíos actuales de la medicina es la prevención y el
tratamiento de las enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad y la
enfermedad cardiovascular, que crecen a ritmos acelerados en muchos países.
Para lograrlo, es fundamental contar con campañas de prevención específicas,
programas integrales de tratamiento accesibles para todos los sectores de la
población y productos que posean un perfil de seguridad y eficacia y que sean
accesibles para todos.
"La cúrcuma
representa una alternativa interesante, por su seguridad y su eficacia, para
tratar y prevenir variadas patologías crónicas, ya que posee la particularidad
de ser una sustancia natural que se emplea desde hace miles de años como
condimento y también como producto medicinal", finalizó Katz.
Suplementar la dieta
con cápsulas de cúrcuma –disponible en farmacias y dietéticas- es una
estrategia inteligente para quienes desean obtener al máximo sus beneficios.
(Fuente: Infobae)