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Especialistas alientan a no postergar la maternidad

Advierten que la edad adecuada para concebir es hasta los 30 años. Sin embargo, factores sociales, económicos y culturales hacen que se extiendan los plazos.

Por Redacción Tiempo de San Juan
Los cambios socioculturales, económicos y científicos ocurridos en las últimas décadas van de la mano de  la tendencia: cada vez más mujeres optan por postergar la maternidad para después de los treinta años e incluso no descartan la posibilidad de cambiar pañales con los cuarenta ya cumplidos.

Sin embargo ahora, cuando la infertilidad ha pasado a ser un tema de  salud pública para la Organización Mundial de la Salud (OMS), los especialistas en reproducción asistida buscan alentar a la población femenina que desea tener uno o más hijos, a no dejar avanzar demasiado las agujas del reloj biológico. 

"Es importante que todas las mujeres que tienen en planes embarazarse en algún momento, tomen conciencia de que el potencial reproductivo no las va a esperar. Deben tener en cuenta que no serán fértiles siempre y que sus decisiones deben estar basadas en expectativas reales", advirtió Emilio Gassibe, médico ginecólogo y experto en fertilidad. 

Su aclaración no es casual, puesto que en general, a partir de los treinta años existen dos etapas de 'retracción' en la cantidad y calidad de los óvulos generados en los ovarios, órganos que atraviesan por un proceso de declive en su capacidad reproductiva a medida que avanza el tiempo. La primera se da entre los treinta y los 35 años y la segunda se experimenta desde esa edad y hasta los cuarenta.

Mientras que los varones pierden sólo el 1% de su capacidad reproductiva cada año a partir de los 40, ellas tienen una reserva limitada. Esto último ocurre porque la cantidad de óvulos que se van a generar en toda la vida fértil de la mujer ya están predeterminados desde su nacimiento y aunque la menopausia  llega alrededor de los 55 años, la posibilidad de lograr un embarazo es cada vez menor. 

Así, si bien la fertilidad de cada mujer depende de una gran cantidad de variables además de su edad -y cada caso es particular- los médicos estiman que por ejemplo, a los 33 años ellas cuentan con el 80% de sus óvulos sanos, en tanto que entre los 38 y los 40 años, el 70% de las células reproductivas son genéticamente anormales, en tanto que crece el riesgo de malformaciones y aborto espontáneo. 

El ginecólogo Fernando Neuspiller, miembro de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMER) -además de otras entidades de talla nacional e internacional ligadas a la fertilidad- coincide en que la edad avanzada es en la actualidad la principal causa de infertilidad. De hecho, destaca, existen patologías ligadas a esta condición como la endometriosis y la miomatosis uterina, entre otras.

"Con el pasar de los años se van modificando las condiciones del cuerpo para ser madre", destaca el experto y aclara que a diferencia de décadas pasadas -cuando la esperanza de vida promedio era de hasta los 60 años- hoy  muchas mujeres de cuarenta años e incluso más conservan su estado físico y tienen muy buena salud general debido a los hábitos de vida saludables.

"Pero lo cierto es que los ovarios no se enteran de esto. Aunque las personas se sientan jóvenes, la realidad desde el punto de vista biológico es otra", refuerza Neuspiller.

Lejos de cualquier reduccionismo, hay que decir que en el contexto actual convergen numerosos factores que llevan a que cada vez más parejas o mujeres solas decidan efectuar su primera consulta para concebir, pasados los 35 años.

En ese sentido, cada decisión es tan particular como la historia personal de cada ser. Influyen aspectos ligados al desarrollo profesional o laboral o, simplemente existe la necesidad de cumplir objetivos no ligados a la maternidad. A su vez, los cambios en la estructura social han llevado a plantear nuevos modelos familiares y vinculares. 

Hoy, de hecho, muchas mujeres han descartado de sus expectativas la posibilidad de tener hijos y en otros casos deciden tenerlos solas (acudiendo a un banco de esperma) frente a la imposibilidad de establecer una pareja estable o bien, que comparta un proyecto familiar.

El psicólogo Daniel Venturini destaca que el cambio en el arquetipo de mujer, cuya realización personal estaba antes focalizada a la casa y la crianza de los hijos, marcó una bisagra respecto de la proyección de lo femenino en numerosos aspectos de la vida social.

"La mujer empezó a ser independiente  de hecho, hoy elige cuándo y con quién desea compartir su maternidad. Objetivamente las cosas han cambiado y como todo cambio, trae ventajas y desventajas", desliza Venturini. 

Desde la experiencia de Neuspiller, todos los años  los consultorios en los centros de fertilidad asistida reciben a personas de edad cada vez más avanzada. 

Andrea Marazzi, médica ginecóloga y obstetra, agrega que en lugar de asustarse frente a las estadísticas, es muy importante mantenerse correctamente informadas. Las mujeres que han cumplido los 37 años, recomienda, deben realizarse los controles adecuados para reducir el riesgo de patologías que podrían presentarse a esa edad, como la diabetes gestacional y la hipertensión.

"También es clave que la mujer no fume, realice actividad física en forma regular y cuente con una adecuada alimentación. Todo ello, en suma, contribuirá a conservar la fertilidad si no hay una patología preexistente", indica.

Según los parámetros establecidos internacionalmente, una pareja que convive tiene dificultades para concebir cuando no logra el resultado ansiado al cabo de un año de mantener relaciones sexuales sin ningún tipo de protección. Para las mujeres mayores de 36 años, lo recomendable es acudir a la consulta a los seis meses de iniciar la búsqueda del embarazo. 

Los avances científicos y tecnológicos han permitido que los profesionales logren, por ejemplo, establecer un diagnóstico general para conocer (mediante distintas técnicas) la capacidad ovulatoria de la mujer  como así también el estado de sus órganos reproductivos y la existencia o no de patologías preexistentes. 

A partir de allí, se recomendarán las opciones de acuerdo a cada realidad. La estimulación  ovárica y ovulatoria, la fecundación in vitro (óvulo fecundado fuera del cuerpo de la mujer) y asistida (óvulo fecundado dentro del cuerpo de la mujer), como así también la ovodonación -donación de óvulos- figuran entre las prácticas más utilizadas, según la necesidad de cada paciente. 

En el marco de la actual Ley Nacional de Fertilización Asistida (N°26.862), sancionada y promulgada en el país en 2013 está garantizada la cobertura de los tratamientos por parte de las obras sociales y prepagas como así también el sector público de la salud. 

Otra opción para concebir después de los 40 años consiste en la crio-conservación de óvulos. Esto se configura como una opción en materia de prevención y de hecho es un tema de consulta habitual.

Consiste en extraer los óvulos sanos de la mujer antes de los 30 años y preservarlos para el momento en que desee ser madre. De ese modo, ellas podrán tener un hijo después de los cuarenta años con los óvulos que produjeron una década antes. 

Fuente: Los Andes
Tiempo de San Juan

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