Parece que la clave para tener una de las firmas más valiosas del mundo es vivir rápido, morir pronto y dejar un bonito autógrafo. Según el ïndice de Autógrafos Coleccionables de Paul Fraser en 2014, los autógrafos de James Dean y Bruce Lee están entre los más valiosos del mundo, y su escasez los hace todavía más atractivos.