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Opinión

Tiempo de migración: cómo se reacomoda el tablero opositor en San Juan

La UCR local ya golpeó la puerta del PRO: trae consigo a la Cruzada y Dignidad Ciudadana. Acá, el acuerdo podrá imantar al massismo: ¿se acercará Basualdo? Las claves para seguir de cerca. Por Sebastián Saharrea.

Por Redacción Tiempo de San Juan
Por Sebastián Saharrea
No dedican demasiada gentileza los amarillos sanjuaninos para evaluar la reproducción local de la reciente incorporación del centenario partido Radical a la locomotora del PRO. Dicen que no es la UCR cordobesa, tampoco la mendocina, por citar dos expresiones provinciales donde los radicales son muy fuertes. Les bajan el precio, en suma.
Tampoco responden con amabilidad los radicales sanjuaninos consultados por lo bajo, más habituados que la muchachada macrista al sabor agridulce del chicaneo político producto de sus horas de vuelo en un partido acostumbrado a las turbulencias durante décadas, lo que sus nuevos socios llaman "la vieja política”. Les recuerdan que esos dinosaurios de los que hablan son los que pueden ayudarles a ganar o arrastrarlos a perder, según cómo se dé el acuerdo. En especial, en el territorio más apetecido por el macrismo sanjuanino como es la Capital.
Aun así, terminarán unidos más temprano que tarde. Y hasta ampliados, como ocurrirá no sólo con la llegada de la UCR a playas macristas sino con todo lo que los radicales sanjuaninos vinieron sembrando en estos tiempos de soledad y de indefiniciones: la Cruzada Renovadora, el partido Dignidad Ciudadana, y algún otro más.
El asunto ahora será cómo se dará ese encuentro. Si será una literal absorción del más poderoso (el PRO) del más débil (la UCR), como acusan los radicales anti PRO a los fogoneros del encuentro con Macri llamándole lisa y llanamente una entrega. O si será una unión en igualdad de condiciones, como conduce cualquier lectura naif de la competencia "mano a mano” en la Paso entre Macri, Sanz y Carrió.
Para evaluar cómo será ese proceso en San Juan habrá que ponerse de acuerdo con lo que ocurrió en Gualguaychú: ¿qué fue eso?, ¿una entrega, un acercamiento o una nueva sociedad? La condición en la que queda la UCR en esta interna opositora habla, al menos, de una posición impropia con sus años, su prestigio y su historia de decenas de dirigentes cruciales en la lucha democrática argentina.
Con esta victoria nacional que le significó robustecerse en el escenario opositor y pasarle al trapo a su real contendiente, Sergio Massa, al PRO parecen habérsele afilado los dientes. Se le despertó la vocación de poder, como demuestra la publicación en el diario La Nación de los recursos que la ciudad vuelca al interior del país (con datos dudosos sobre San Juan). Más allá del discurso sobre nueva-vieja política, el listado indica que ya no quedan bebés de pecho y que para alcanzar objetivos deben embarrarse las patas.
Taparse la nariz en estos procesos migratorios suele ser lo más aconsejable, como más de uno habrá hecho en ambos bandos (macristas o radicales) con este encuentro alumbrado en Entre Ríos. Por algún lado se empieza, habrá que ver cómo sigue en particular sobre lo que nos ocupa: San Juan.
De manera instantánea a la resolución radical comenzaron los contactos provinciales para articular el convenio. Pero que será exactamente al revés: mientras la dirigencia nacional de la UCR resolvió abrochar con Macri-Carrió y cerrar el camino a otras expresiones (Massa), se dejó a las provincias en libertad para cualquier ensayo. Y eso es lo que ocurrirá en San Juan: atraerán a otras agrupaciones locales y hasta le harán un guiño al "massismo” sanjuanino, es decir Basualdo, Colombo, Conti, Ibarra.
Con el radicalismo y la Cruzada, en el PRO piensan habilitarle una avenida en la Paso y que se ganan los porotos, más allá de alguna promesa de incorporar a un par de cada partido en lista de diputados proporcionales.
Sería entonces una lista para gobernador con Martín Turcumán por el macrismo y otra con Hugo Domínguez por el radicalismo. El atractivo para los macristas estaría en el combo que pueden armar para la Capital con una Paso entre Eduardo Cáceres de la escudería de Macri, compitiendo contra Alberto Sánchez de Dignidad Ciudadana, quien ya anunció que quiere ser intendente y abrochó con la UCR y la Cruzada.
Entienden que una pulseada Cáceres-Sánchez puede potenciar al macrista en la definición por el departamento que es la principal búsqueda del PRO en San Juan. Y ni hablar si consiguen alimentarla con la participación de Rodolfo Colombo. El ex radical fue tentado antes del acuerdo UCR-PRO como posible compañero de fórmula (diputado departamental) de Cáceres en la Capital, y el anzuelo de cargos electivos entre los proporcionales a Diputados por el macrismo y concejales capitalinos. Difícil para Colombo decirle que no, pero ocurre que él ya anunció que reporta en las filas de Roberto Basualdo y el senador sigue de la mano de Sergio Massa.
Y a propósito, ¿qué hará Basualdo luego del acuerdo de los radicales con Macri que dejaron descolocado a Massa? Por ahora insiste con su fórmula de "todos juntos y dos presidentes”, en referencia a su intención que volver a reunir a los que participaron en la Paso de 2013 y que vayan con las boletas presidenciales de Macri y Massa. Pero eso en el macrismo sigue siendo visto como imposible, al menos por ahora (palabra ésta última que habrá que acostumbrarse a usar).
Igual, cada uno de los ocupantes de la mesa basualdista (como consecuencia con referencia de Sergio Massa) tiene vasos comunicantes con el macrismo, lo que les haría sencillo desensillar y volver a ensillar si le hombre de Tigre sigue en caída libre.
El propio Basualdo mantiene contactos en el Senado con su compañero de banca Diego Santilli, quien le insiste a él y al Adolfo que abandonen a Massa y se sumen a los amarillos. Y hay un par de referentes basualdistas de departamentos importantes (ambos del Gran San Juan) que le plantean al líder del partido que reconsidere el apoyo nacional. Lo que pasa es que Roberto dio su palabra a Massa y eso para él es muy importante, al menos mientras Massa siga en la pista.
La relación de Colombo con el PRO ya está contada, pavimentada ahora con el acuerdo de la UCR, el partido del que el rubio es producto indisimulable. Enrique Conti también viene siendo tentado por el PRO desde hace rato, y lo que él dice es que sigue bregando para que junten con Massa: habrá que ver qué hace cuando esa unión no se produzca, si es que no se produce. E Ibarra conserva vínculos aceitados con Federico Pinedo –entre otros macristas- de cuando era diputado y sobrevolaba por esos ámbitos.
Eso –justo- sobrevolar, es lo que ocurre en el firmamento opisitor sanjuanino. O, para usar otra metáfora, caminando arriba de los camalotes con riesgo de que el piso se hunda y en búsqueda de tierra firme.
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