Después de una gran campaña en B Nacional pintaba para romperla en Primera. Sin embargo, a principios del 2015 recibió un baldazo de agua fría cuando fue separado del plantel mayor para jugar en el Torneo Local y Reserva. Hoy Lucas Salas (20), jugador de San Martín, cuenta cómo vivió estos meses relegado por del DT Carlos Mayor y con la idea fija, si las cosas siguen como ahora, de irse de Concepción.
Es una de las grandes promesas del Verdinegro y este año por una ´reducción del plantel de Primera´ le tocó mirar al equipo desde afuera. Jugó la mayoría de los partidos para el plantel de Reserva y apenas dos en el torneo doméstico de San Juan. "Es una situación difícil. Que después de muchos partidos y del ascenso te manden a entrenar con la Reserva cuesta aceptarlo. Luché por estar en Primera y después que te bajen, cuesta tanto en la cabeza como en lo físico”, comenta el volante, quien tiene contrato con el club hasta diciembre del 2016.
Salas dice que no fue nada fácil más allá de que otros cuatro compañeros estuvieran en la misma situación. "Me costó mucho jugar, estuve caído mentalmente. Yo respeto mucho al técnico pero fue una situación muy difícil. Sólo tuve que mantener la calma”, destaca.
Cuenta que a lo largo del año tuvo varias ofertas de irse a otra institución pero por desacuerdos entre la dirigencia y quienes lo pretendían, el préstamo no llegó a concretarse: "Tuve posibilidades pero no pude salir y eso me perjudicó porque sigo en Reserva. Me encantaría jugar en San Martín pero está difícil, con este técnico no tuve muchas chances. Si sigue complicado me gustaría ir a otro club, con esta edad hay que jugar en la categoría que sea. Si bien en la Reserva jugás mucho, no te mostrás”.
El joven, que confiesa ir a la cancha en todos los partidos de local y que banca el juego del plantel de Mayor, expresa que no bajará los brazos. "Yo voy a seguir entrenando y buscando mi posibilidad de mostrarme”, expresa.