A principios del año pasado, desde OSSE comenzaron a analizar la idea de poner en funcionamiento una planta compacta de tratamiento de agua que existía en Mogna desde 2012. Hoy, la planta será inaugurada con la presencia del gobernador, Sergio Uñac, el presidente de OSSE, Sergio Ruiz, y parte del gabinete que se trasladará a Jáchal.
La planta trabaja con el sistema de ósmosis inversa y tiene una producción diaria de 500 litros por hora. El agua aquí tratada será envasada y distribuida a los vecinos de Mogna. El objetivo es que lo producido por la planta se utilice exclusivamente para consumo humano, dejando el agua de la red para otros usos, como lavado de vajilla, ropa, limpieza, etc.
Desde OSSE explicaron cómo funciona la planta: primero el agua ingresa, por la toma en el río Jáchal, y es almacenada en dos tanques de PVC de 1.000 litros cada uno. Desde allí comienza a funcionar el sistema de bombeo. El agua cruda pasa por la planta compacta y allí es filtrada y derivada a un tanque de 1.000 litros de capacidad.
Luego es conducida a otra planta compuesta por dos filtros de arena; un filtro de carbón activado y microfiltros. Así se produce un segundo tratamiento del agua.
Ya tratado, el líquido elemento se almacena en dos tanques de 1.100 litros cada uno, listo para ser consumido. Una parte del agua será repartida en bidones entre los vecinos, y la otra será colocada en un tanque de reserva de 800 litros que se usará en un termotanque para el lavado de bidones con agua caliente y también de uso para los sanitarios.
La obra civil para la instalación de la planta compacta consistió en la instalación de cañerías de agua fría, caliente y desagües cloacales. La construcción de dos baños, uno para dama y otro para caballeros, con la respectiva instalación de red de energía y de agua. Dos cambiadores y una oficina con mobiliario, además de la Instalación de un termotanque.
El equipamiento y las instalaciones fueron aportados por la empresa Minas Argentinas, propietaria de la Mina Gualcamayo, y Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE).
El año pasado, el juez de Jáchal, Pablo Oritja, resolvió que los pobladores no podían seguir tomando agua del río por los altos contenidos de boro y arsénico en las aguas, una química producida por la naturaleza de las montañas jachalleras. En la villa cabecera se solucionó con un pozo nuevo de agua subterránea, de donde proviene el agua que consumen ahora.