jueves 28 de marzo 2024

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a Tiempo de San Juan. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
La vida en blanco

Caleros, para su bien y para su mal

El 28 y 29 de noviembre se hará, para honrar a los trabajadores mineros, la novena edición de la Fiesta de la Minería en Los Berros, Sarmiento, cuna de la actividad de la cal provincial. Historias de los hombres de las caleras berristas que pintan el sacrificio y los frutos de este peculiar trabajo y cuentan cómo todo un pueblo gira en torno a las canteras, los molinos y los hornos blanquecinos.

Por Redacción Tiempo de San Juan
Camino a Los Berros uno que otro yuyito va poniendo verde el paisaje y salvo por esas vías que están cambiando con un plan nacional y un parque de paneles solares que brillan a lo lejos, el progreso de la zona sigue estando marcado por el blanco de la cal, las manos ajadas y la cara oscura de soles fuertes al lado del horno que tienen los pobladores de esa cuna calera ubicada en Sarmiento.
 
Los Berros no es un pueblito perdido en la montaña, es el corazón de una actividad que mueve la aguja de la minería no metalífera a nivel provincial. Allí se ubican los más grandes emprendimientos de la cal, de los 10 que hay en San Juan, 6 plantas están en ese terreno mezcla de páramo y de vergel, producen el 65% del total de cales sanjuaninas, alrededor de 724.000 toneladas al año. Las medianas y grandes caleras ocupan en la Provincia alrededor de 1.128 personas. 
 
Por eso, entrar a Los Berros es entrar al mundo de la cal. De los alrededor de 3.500 habitantes de esa localidad sarmientina, un 80% se dedica directa o indirectamente a la actividad calera. Así lo definen sus habitantes. Generaciones completas de laburantes caleros, muchos por tradición, por elección y otros por necesidad. Desde los abuelos que pasaban horas trabajando la cantera, que se quemaban las pestañas a plena siesta en los hornos a carbón para procesar las rocas o que hombreaban bolsas blancas hasta los nietos que hoy se ayudan con máquinas en las grandes empresas. 
 
 
Los berristas son orgullosos mineros  a toda escala. Aunque se tiende a la industrialización, aún persiste lo tradicional con gente que pone sus hornos al servicio de las grandes productoras, que proveen muchas veces del carbón y del flete, armándose una cadena laboral que tiene sus defensores  y sus detractores.
 
Uno de los hechos que resumen el progreso y el esfuerzo es la conformación de la Cooperativa de Productores Caleros y Mineros de Los Berros Limitada, que se logró este año pero que se estaba intentando desde 2009. Su presidente es Miguel Fernández. "Empezamos con 51 socios debido a la crisis del sistema financiero pero desde 2009 a 2014 muchos perdieron el interés y hoy somos 28 y trabaja un solo horno”, explica sobre los bemoles del negocio. La cooperativa, que nuclea a pequeños productores  produce 20 toneladas diarias, mientras que las grandes empresas como FGH o CEFAS producen 500 toneladas al día. La cal de la cooperativa se muele, se fracciona y se vende directamente a los corralones.
 
"La cal es la única actividad de Los Berros, muchos trabajan en este sistema perverso en el que las grandes empresas maneja la ganancia. Un pequeño hornero en negro genera 160 mil pesos y le quedan 7 mil al mes y no puede afrontar cargas sociales”, se queja Fernández.
 
"Nosotros estaríamos cerca del volumen de CEFAS pero nos hace falta capital inicial”, asegura el cooperativista. Está convencido de que con 20 millones de pesos se reactivaría definitivamente ese grupo de Pymes y crearían 250 puestos de trabajo. Apenas se manejan con un par de subsidios del Gobierno Provincial y la Municipalidad de Sarmiento que ayudan pero que son insuficientes. El verdadero salvataje estatal, según el líder de la cooperativa, debería venir de la Nación a través Ministerio de Minería, pero no han tenido eco de los pedidos.  "La cooperativa es viable, no desaparecerá, pero para que realmente se ponga a pleno falta una inversión más fuerte y poder tener espalda financiera porque hoy nos pagan con cheques y se corta el ciclo”, remarca. 
 
En el otro extremo, las grandes caleras muestran inversión. Por ejemplo, la firma FGH SA que fue fundada por el mendocino Francisco García en su tierra y desembarcó en Sarmiento en 1960, tiene una producción diaria propia de 500 toneladas y unas 300 más aportan pequeños caleros de la zona. "Tenemos 8 proveedores que dan alrededor de 300 toneladas al día, normalmente nosotros le damos carbón y la piedra ellos sacan de la caliza, algunos tienen cantera”, cuenta el representante de FGH, Juan Carlos Bermúdez. 
 
La firma adquirió en 1995 un horno a gas que les permite hacer una cal más pura y exportar y el año pasado compraron una nueva cantera. "Día a día las reservas de calizas se van terminando, tenemos la reserva y el año pasado se compró una cantera grande de caliza ubicada a unos 2 kilómetros de la actual planta que asegura 40 años más de producción”, asegura Bermúdez.
 
La megaempresa augura futuro para más de 500 familias que viven de la calera. "Acá la mayoría de los empleados son de Los Berros y algunos de Media Agua. Son familias completas, tíos, sobrinos, hijos, hermanos, generación en generación van jubilándose unos y siguen los hijos. Trabajar en esta empresa es una familia, trabajamos con criterios distintos a otras empresas”, remarca Bermúdez.
 
 
 

Historias de cantera
 
La cal mueve las vidas de los habitantes de Los Berros. Hay caleros que quieren que sus hijos sigan la tradición, otros que quieren "algo mejor”, gente que se costea los estudios con el trabajo en la calera y otros que sueñan con su negocio propio, yendo de a poquito pero con el paso firme dejar de ser peones y convertirse en patrones. Las historias, en primera persona.

Nicolás Pérez (35)
 
 
"Yo soy de Capital y me vine a vivir a Los Berros por la cal, mi abuelo era chofer y me crié con él desde los 10 años.  Tengo 35 y hace 20 que trabajo en la calera, 4 horas en la mañana y 4 de tarde. Ahora soy maquinista  pero antes era calero o foguista, trabajaba con el carbón y con la piedra. Años atrás era muy sacrificado, se trabajaba todo a pulso, ahora con la máquina ya nos movemos mejor, hace el 60% del trabajo. Hoy picamos la piedra y la máquina la echa y no hay que estar tan cerca del horno, del gas y la temperatura. Pero se trabaja a las 3 de la tarde al rayo del sol. Con los elementos de seguridad no nos quemamos y estamos protegidos. Tengo señora y 4 hijos. Nos hemos criado acá y no sé si nos adaptaríamos a otro trabajo. Me gusta trabajar de lo que trabajo y creo que mis hijos se van a dedicar a esto. Sueño con tener mi propio negocio de la cal porque me he criado en esto y creo que podría irme bien”.

 
Juan Federico Jaque (30)
 
 
 "Yo me dedico a la cal desde los 18 años, primero fui foguista y ahora estoy de embolsador, pero son  trabajos parecidos, siempre en contacto con la cal. Era estar al lado del horno mañana y tarde. Yo soy nacido en Los Berros y mis parientes muchos se dedican a la cal, mi hermano es chofer. Yo tengo a mi esposa y un chico de un año y 8 meses que se llama Evan Jesús. Yo elegí trabajar en la calera por necesidad. Terminé la primaria y empecé a trabajar porque mi viejo era solo y empecé a ayudarle y después me casé y quedó como sostén.  Nos va bien, nos pagan por porcentaje, como 500 pesos al día. Es sacrificado pero se llega bien a fin de mes, tengo mi casita. La cal es la vida acá, es lo que hay, no hay nada más que hacer, acá es todo cal y piedra. Ms tíos y primos se dedican a esto. Estamos blancos veranos e invierno, nos criaron con la cal. Para mi hijo no quiero la cal, voy a intentar que estudie, que no sea lo mismo que yo”. 

 
Fernando Manrique (21)
 
 
"Yo soy de Los Berros. Soy embolsador y manejo el autoelevador. Harán 4 meses que trabajo en la calera. Cuando llegué no sabía nada y fui aprendiendo de los compañeros. Yo estudio la tecnicatura en Control de Calidad que se cursa en media Agua, trabajo todo el día y voy a las 7 de la tarde a estudiar. Mi meta es recibirme el año que viene y si Dios quiere me dedico a otra cosa. Es sacrificado. Más que nada lo feo es el calor. Mi papá también se dedica a la cal, trabaja en FGH y yo no trabajo con él porque allá para estudiar no me dan los horarios. Lo que gano acá me sirve para movilizarme, sacar fotocopias, para vivir.  Me gusta lo que hago en la calera pero esto es transitorio, aspiro a algo más. No me imagino a mis hijos acá, mi aspiración es darles algo mejor. Mi papá en cambio lleva más de 30 años con la cal y está por jubilarse. Para mí la cal ahora es una salida transitoria para poder estudiar”. 

 
José Filomeno Díaz (46)
 
 
"La cal es una cosa de familia. Mi padre toda la vida trabajó en la minería, en los hornos. Hace 10 años me inicié con la idea de hacer un horno. Trabajaba en FGH y me empecé a dedicar a la cal como toda la gente de Los Berros. No es un negocio fácil, tiene sus altas y sus bajas. Estamos acostumbrados, uno de a poquito va entrando a las ventas, me parece que hay que ir de a poquito con un producto de buena calidad y no ser exagerado con los precios. Yo tuve  la posibilidad de crecer y ahora proveo a CEFAS y FGH, dos de las empresas más grandes de la zona. Gracias a ellos he trabajado, me he mantenido y he creado fuentes de trabajo y vamos trabajando día a día para bien mío y de la gente que trabaja conmigo.  Acá en Los Berros es lo único que hay, si uno quisiera elegir otra cosa en el caso mío yo tengo séptimo grado y yo soy un empleado más en mi negocio, trabajo en conjunto haciendo lo mismo que siempre”.

 
Daniel Vargas (39)
 
  
"Mi papá y mi abuelo se dedicaban a los hornos criollos, todavía mi viejo tiene un horno pero lo tiene parado. Yo empecé en los hornos, de chofer, acá en VGH tengo 21 años trabajando, yo tengo la suerte de trabajar en esto pero con un trabajo más tranquilo, en logística. Mi viejo, en cambio, estuvo hasta el año pasado con el horno, con setenta y pico de años. Hemos trabajado en la calera toda la vida en la familia. Antes era muy sacrificado el trabajo de la minería, ahora es más fácil. Yo cuando empecé en los hornos a los 18 años fui ascendiendo después y ahora estoy en logística. Todo e l pueblo gira alrededor de la cal.  A mí me gustaría que mi hijo no sea calero, uno siempre trata de que a los hijos les vaya mejor, que tenga otro trabajo, la idea es que estudien y que se dediquen a otra cosa. Acá tenemos abuelos, padres, hijos, a veces vemos hijos trabajando en conjunto con sus padres, incluso en el mismo sector, comparten el día, a veces 12 horas y a veces están más con los hijos en la calera que en a la casa. La cal es realmente la vida de Los Berros”. 

Tiempo de San Juan

Suplementos

Contenido especial

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Las Más Leídas

GH SJ Neeño: abrieron las inscripciones para la versión sanjuanina de Gran Hermano
El sorteo de casas en el IPV se hizo por última vez en San Juan en noviembre de 2023.
Imagen ilustrativa
Descubren que dos empleados municipales sanjuaninos eran motochorros con un largo historial criminal
José Daniel Nuñez Varela (campera del Barcelona), Jesús David Tejada (remera de Boca) y Facundo Emanuel Bela (remera negra). Los tres imputados por la gresca mortal en Chimbas.

Te Puede Interesar